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UniversidaddeCádiz
Ciencias y Técnicas de la Navegación y Construcciones Navales

Historia

Historia de las enseñanzas náuticas

La palabra “carrera” en su sentido académico posee un origen náutico. Así, a mediados del siglo XVI, las disposiciones de la época no ofrecían una titulación náutica de tipo general; había que examinarse específicamente para ir a La Habana, a Tierra Firme, a Buenos Aires, para navegar por el Mediterráneo o para ir al Mar del Norte, de manera que un titulado náutico, por ejemplo un Piloto, recibía una licencia para, por ejemplo, la “carrera” de La Habana, no pudiendo ejercer en cualquiera de las otras en tanto no fuera examinado para ellas. Los conocimientos exigidos para cada una de ellas se diferenciaban casi solamente en lo que, en aquellos tiempos, se denominaban “derrotas”, es decir, los diferentes y casi siempre tortuosos caminos que en cada época del año había que seguir para aprovechar los vientos y no caer en las calmas tropicales. Obtener una nueva carrera permitía por lo tanto, a excepción de las “derrotas” concretas, aprovechar los conocimientos adquiridos en la primera, en una especie de convalidación de los mismos. Como es natural, los marinos no se conformarían fácilmente con tener una sola carrera, porque sus posibilidades de trabajo y ascenso eran función del número de carreras que tenían. No es difícil imaginar a dos marinos que se acababan de conocer en un figón de Cádiz, preguntarse uno a otro: “Y tú ¿cuántas carreras tienes?”.

La primera institución de enseñanza náutica constatada en España se hallaba en Cádiz. Parece que desde tiempos muy antiguos, algunos Pilotos del Cantábrico, conocidos entonces como Pilotos Vizcaínos, solían esperar a los buques procedentes del Mediterráneo que se dirigían hacia el Mar del Norte o a navíos que, procedentes de esta zona, estaban destinados al Mare Nostrum, para ofrecerles sus servicios, ya que sus Mestres y Pilotos, poco habituados a las áreas marítimas a que estaban destinados, no se atrevían a adentrarse en ellas sin el consejo y apoyo de los Pilotos especializados. La sede de estos Pilotos se trasladó hacia el siglo XIII o XIV a Cádiz, donde fundaron un “collegium” en el sentido que esta palabra tenía en la época, extendiendo más tarde sus actividades a la enseñanza de las Artes de la Mar, cosa que hacían de manera más o menos institucionalizada en la cripta de la catedral de Cádiz.

Por Cédula de Isabel la Católica de 14 de Enero de 1503, se funda la Casa de Contratación de Sevilla, la cual fue al mismo tiempo un Ministerio de Comercio, un Tribunal Mercantil y una oficina de liquidación para el comercio americano. El diplomático, escritor e historiador Salvador de Madariaga define la Casa de contratación como una especie de Súper Ministerio de Colonias, Comercio y Marina Mercante que tuvo fines culturales y científicos, especialmente en los campos de la geografía y del saber náutico. La fundación de esta institución podría ser considerada  como una Universidad particular para promover los adelantos de la Marina, reuniendo los estudios teóricos de las Ciencias Auxiliares, la experiencia y observación de los navegantes españoles, que con porfiado empeño, continuaban en todas direcciones los descubrimientos comenzados por el Almirante Colón”.

El 4 de Agosto de 1552 se produce un hecho trascendental en la enseñanza de la Náutica, al crearse por Cédula de esa misma fecha la Cátedra de Arte de la Navegación y Cosmografía, nombrándose para desempeñar dicha Cátedra al Bachiller Gerónimo de Chaves. En la misma Cédula se indicaba lo que se tenía que “leer”, es decir, tenemos la primera especificación curricular, el primer plan de estudios, el primer programa.

No podemos dejar de hacer alusión a la Universidad de Mareantes de Sevilla, entidad de carácter gremial que agrupaba a Dueños de Naos, Pilotos y Maestres de la Carrera de las Indias (denominación que englobaba las antiguas carreras de La Habana, Tierra Firme y de Buenos Aires), cuyo origen nos es desconocido, si bien se afirma que su fundación se remonta a entre 1510 y 1520. Aunque en ningún momento tuvo influencia en los planes de estudio vigentes de la época, el Estado controlaba a través de esta Universidad de Mareantes al Estamento profesional, otorgando servicios y prestaciones como fue, años más tarde, la de formar parte de los tribunales de Pilotos.

El 17 de Junio de 1681, promovido por la Universidad de Mareantes, se instituía el Real Colegio de San Telmo de Sevilla, para recoger muchachos pobres naturales de estos reinos y en él y educarlos en el arte de Pilotaje, Artillería y Marinería, de forma que así hubiese gente de mar experta y abundante.

En 1769 se creó la Escuela de Náutica de Barcelona, con una capacidad de 20 alumnos y dependiente de la Real Junta de Comercio de Cataluña, previendo hacer exámenes públicos de forma que los ciudadanos quedasen enterados de los progresos hechos por los discípulos de la Escuela  de forma que aumentase la confianza popular en ellos.

En el último tercio del siglo XVIII se crean nuevas escuelas: Mataró, Arenys de Mar y La Coruña. Precisamente con la creación de esta última escuela, aparece la figura del alumno de náutica, hasta ahora desconocida.

En 1790 nace oficialmente la Escuela de Santander como Escuela de Náutica y Dibujo.

El “ilustrado” Jovellanos dedicó buena parte de sus esfuerzos a implantar en Gijón un centro de estudios náuticos compartido con el estudio de la mineralogía. El 9 de abril de 1789, D. Gaspar Melchor de Jovellanos solicitó la creación de una Escuela de Náutica y Mineralogía. En la petición se incluía la oferta de su hermano D. Francisco de Paula Jovellanos, Capitán de Navío, para dar gratuitamente las clases de matemáticas y albergar la Escuela en un edificio de su propiedad. En 1792 quedó autorizado el instituto.

El 7 de Enero de 1794 quedó inaugurado el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, predecesor en Gijón de la actual Escuela Superior de la Marina Civil y cuyas ordenanzas, redactadas por el propio Jovellanos, fueron sancionadas por el Ministro Valdés en San Lorenzo el 1 de Diciembre de 1793.

El plan establecido en el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía en líneas generales respondía a la tónica de la época, con el atractivo de las enseñanzas de idiomas poco difundida en aquellos tiempos y que respondía a una divisa tan impregnada de ilustración como “Quid verum, quid utile” (A la verdad y a la utilidad pública).

A principios del siglo XIX el número de Escuelas de Náutica era de 16, lo que parece excesivo a pesar del auge experimentado por la Marina Mercante. Quizás este número tan elevado de centros nos hace pensar que no en todos ellos estaban las enseñanzas impartidas a la altura del espíritu científico que se percibía en otros.

El 6 de Junio de 1924, un decreto de la presidencia del Directorio Militar suprime todas la Escuelas de Náutica y simultáneamente crea cuatro: Bilbao, Cádiz, Barcelona y Santa Cruz de Tenerife, pues parecía necesaria la drástica supresión de las excesivas escuelas existentes.

La promulgación de la Ley 144/61 sobre Reorganización de Enseñanzas Náuticas y de Pesca, constituye el hito y piedra angular de un conjunto de disposiciones que darían a estas enseñanzas una nueva dimensión. Entre otras cosas, las Escuelas de Náutica adquieren el rango de Escuelas Técnicas de Grado Medio (nuestras actuales Escuelas Universitarias). Los innegables beneficios que se derivaron de esta normativa se extendieron a lo largo de un par de décadas, hasta culminar en 1975 con el Decreto 1439 en el que la Enseñanza Náutica adquiere el rango de Enseñanza Superior, con el nivel correspondiente al segundo ciclo de la enseñanza universitaria, aunque sin integrarse en el Ministerio de Educación y Ciencia.

Bajo este conjunto de disposiciones, con normativa de acceso del profesorado con oposiciones muy rigurosas, junto con la construcción de las nuevas Escuelas de Bilbao, La Coruña y Sta. Cruz de Tenerife y equipamiento de aulas y dotaciones docentes, nuestras Escuelas merecieron que las revistas internacionales del ramo las calificasen como las mejores de Europa. Esta fue la época que marcó el “boom” de la Marina Mercante Española desde el punto de vista de sus hombres. Nuestros marinos, por su carácter, preparación y entrega, eran solicitados por la Compañías Armadoras más potentes del mundo. Hasta treinta mil titulados náuticos, Capitanes, Pilotos, Jefes de Máquinas, Oficiales de Máquinas y Oficiales Radiotelegrafistas de 1ª y 2ª clase formaron parte de las tripulaciones de buques de banderas internacionales. Tal fue el éxito de este éxodo profesional que se originó una escasez alarmante para los buques de bandera nacional.

Como se comentó anteriormente, el Decreto 1439 de 6 de Junio de 1975 determinaba que la Enseñanza Náutica Superior pasaba a tener el nivel correspondiente al Segundo ciclo de la Enseñanza Universitaria. El resto de los títulos, correspondientes al primer ciclo de las Enseñanzas Náuticas tenían la consideración de Diplomaturas.

Según el Decreto antes indicado, la aprobación de nuevos planes de estudio correspondería en el futuro al Ministerio de Educación y Ciencia; pues bien, en uso de su facultad, este Ministerio aprueba el 18 de Octubre de 1977 un nuevo plan compuesto por cinco cursos académicos, correspondientes los tres primeros al primer ciclo de enseñanza universitaria y los otros dos al segundo ciclo.

Tras el reconocimiento del nivel superior a los estudios de Náutica, quedaba pendiente armonizar algunos aspectos, tales como las denominaciones de los centros docentes y fijar qué organismos expedirían en lo sucesivo tanto los títulos académicos como los profesionales. Este vacío legal fue cubierto por el Decreto del Ministerio de Presidencia 2841/80, de 4 de Diciembre, por el que las Escuelas de Náutica, dependientes del Ministerio de Transporte y Comunicaciones (en la actualidad FOMENTO), pasaban a denominarse Escuelas Superiores de la Marina Civil, manteniendo su dependencia orgánica del citado Ministerio, que además, en el futuro propondría los planes de estudio, siempre aprobados por el de Universidades e Investigación y con la conformidad del Ministerio de Defensa (Armada) a los efectos del cumplimiento de las directrices de este departamento, en lo que se refiere a las misiones que en caso de guerra o circunstancias especiales pudieran encomendarse a los buques y oficiales de la Marina Mercante.

Se establecían tres titulaciones académicas:

  • Diplomado en Marina Civil
  • Licenciado en Marina Civil
  • Doctor en Marina Civil

quedando las titulaciones profesionales, para el ejercicio a bordo de los buques.


Cádiz 1513. Archivo Simancas


Carta náutica1561


Escuela Náutica Cádiz años 60


Escuela Náutica Cádiz años 70/80


Escuela Náutica Cádiz años 70/80


Escuela Náutica Cádiz actualidad


Vista aérea CASEM


Vista aérea CASEM


Acceso principal CASEM

Por Real Decreto de 29 de Septiembre de 1978 se establecía la oficialidad de la Escuela de Náutica de Santander; otro tanto ocurría con la de Gijón el 20 de Febrero de 1979, con lo que el número de Escuelas de Náutica se elevaba a las siete actualmente existentes, entre las cuales se halla la Escuela Superior de la Marina Civil de Gijón como parte de la Universidad de Oviedo.
Por último, se produce la integración de las Escuelas Superiores de la Marina Civil en la Universidad española; esta fase se inicia con la publicación el 29 de Julio de 1988 de la ley 23/1988, de 28 de Julio, por la que se da al Gobierno un plazo de seis meses para llevar a cabo el proceso de integración, de acuerdo con el artículo 9 de la Ley 11/1983 de reforma Universitaria.
En concreto, la Escuela de Cádiz pasa a integrarse orgánicamente en la Junta de Andalucía a través de la Universidad de Cádiz en 1990 ( R.D. 138/1990 de 15 de mayo), y a partir de ese momento se adscriben las asignaturas y los profesores de la Escuela Superior de la Marina Civil de Cádiz a las distintas áreas de conocimientos existentes en la UCA, excepto en el caso del área de Ciencias y Técnicas de la Navegación, Máquinas y Motores Térmicos y Teoría de la Señal y Comunicaciones, que se constituyen en un nuevo  Departamento Universitario en el año 1992. Tal situación se mantiene hasta el año 2003, cuando en Consejo de Gobierno de la Universidad de Cádiz, y a propuesta del Departamento de Ciencias y Técnicas de la Navegación, Máquinas y Motores Térmicos y Teoría de la Señal y Comunicaciones  aprueba la segregación de dicho Departamento, creándose así el  Departamento de Ciencias y Técnicas de la Navegación y Teoría de la Señal y Comunicaciones. Esta situación se mantiene hasta el año 2010, cuando a propuesta del Consejo de Dirección, de conformidad con los Estatutos de la Universidad de Cádiz y con el Real Decreto 2360/1984 de 12 de diciembre sobre Departamentos Universitarios, el Consejo de Gobierno, en su sesión ordinaria de 27 de octubre, aprueba por asentimiento la modificación de la composición del Departamento de Ciencias y Técnicas de la Navegación y Teoría de la Señal y Comunicaciones (por segregación del área de Teoría de la Señal y Comunicaciones), el cambio de denominación del Departamento por el de Departamento de Ciencias y Técnicas de la Navegación.
En el año 2016 y apropuesta del Vicerrectorado de Ordenación Académica y Personal, conforme al artículo 13 de los Estatutos de la Universidad de Cádiz, con el informe favorable del Departamento de Ciencias y Técnicas de la Navegación y del Departamento de Construcciones Navales, e informe favorable de la Escuela de Ingenierías Marina, Náutica y Radioelectrónica y de la Escuela de Ingeniería Naval y Oceánica, el Consejo de Gobierno, en su sesión ordinaria de 27 de octubre de 2016, en el punto 8º. del Orden del día, aprobó por asentimiento la fusión de los Departamentos de Ciencias y Técnicas de la Navegación y de Construcciones Navales.